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Hoy queremos dar a conocer las propiedades de la principal sustancia de la cúrcuma, la curcumina; conocida por las numerosas propiedades medicinales que se le atribuyen. La cúrcuma es muy consumida en países como la India, utilizándose para dar sabor a los alimentos, teñir telas o para diferentes trastornos de la salud. Hoy día cada vez es más conocida y consumida en los países occidentales.

La curcumina presenta un importante potencial terapéutico, debido a la diversidad de moléculas diana sobre las que puede actuar. Uno de los más estudiados es el mecanismo de la curcumina sobre las células cancerígenas provocando una inducción de la apoptosis de dichas células o en la influencia sobre el Alzheimer, una de las enfermedades cada vez más frecuente en países occidentales. Según diferentes estudios esta es una enfermedad de prevalencia muy baja en zonas rurales y urbanas de la India, donde la cúrcuma forma parte de su alimentación diaria. La curcumina tiene un efecto de aclaramiento de la placa que se forma en personas con Alzheimer.

Cúrcuma y deporte

En el mundo del deporte, son muchos los deportistas que consumen cúrcuma en su alimentación; ya que en el ejercicio físico a gran nivel existe un aumento de radicales libres con gran capacidad de oxidación e inflamación. La curcumina, debido al mecanismo de acción anti-inflamatoria y antioxidantes que posee, es un buen componente para ayudar a este colectivo. Con su consumo se busca evitar dolores en las articulaciones o artritis, evitando también la inflamación de estas; protegiendo a nuestro organismo de los efectos nocivos que causan los radicales libres y disminuyendo el dolor muscular producido por los esfuerzos en el deporte. Con ella también se mantiene el estado óptimo de las articulaciones, aliviando el dolor y recuperando al deportista de los daños provocados por los intensos esfuerzos del deporte.

¿Cómo puedo tomarla?

Muchos se preguntan cómo tomarla y es que hay numerosas formas de hacerlo, tomando la raíz o en forma de polvo. Puede tomarse la raíz rayada en la tostada del desayuno junto a un chorrito de aceite de oliva; en batidos de frutas o verduras o en ensaladas como un componente más. También puede utilizarse como especia en revueltos de verduras como por ejemplo de espárragos trigueros con ajillos; como sofritos para cocinar legumbres como los garbanzos con espinacas o simplemente adicionando un poquito a una simple tortilla francesa o como parte de ensaladas en comidas o cenas. En salsa de verduras para carnes, sobretodo de pollo y conejo; también combina muy bien adicionándolo junto arroces y pastas.

Belén Rodríguez y Lucía Arcos