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El alpinismo es un deporte muy exigente caracterizado fisiológicamente por grandes exigencias nutricionales. El frio, la hipoxia y la falta de oxígeno en altura provocan un aumento del gasto energético difícil de cubrir debido a la poca disponibilidad de alimentos y bebidas y a la disminución del apetito, dando lugar a un déficit importante de energía, macronutrientes, vitaminas y minerales.

Entre los factores que influyen en la salud nutricional de los alpinistas están la deshidratación, hiponatremia, disminución del apetito y de la temperatura corporal, la pérdida de peso y masa muscular y el conocido mal de altura.

Se estima que el gasto calórico de un alpinista está entre las 3000 y 5000 kcal/día, pudiendo llegar en condiciones extremas a 14000 kcal/día. Algunos estudios señalan una ingesta media de 2250 kcal/día en el campo base del Everest.

El alpinista necesita llevar una planificación dietética bien estudiada y controlada que le asegure cubrir sus necesidades nutricionales y disminuir los problemas de salud relacionados con la nutrición y que pueden afectar a su rendimiento.

Mención especial como alpinista se merece Carlos Soria, un gran amigo y al que he tenido la oportunidad de asesorar nutricionalmente esta temporada. En su última expedición a Annapurna y Dhaulagiri, Carlos ha llevado una estudiada planificación dietética y de suplementación.

La planificación nutricional de Carlos empezó en junio de 2015 con pautas básicas de alimentación, dieta personalizada y suplementación adecuada a su entrenamiento y ritmo de vida diario. Para ello se tuvo en cuenta el gasto energético que genera su actividad, entrenamiento diario así como sus actividades propias en la montaña. De cara a la expedición nuestro principal objetivo ha sido y está siendo evitar en la medida de los posible la pérdida de peso, especialmente de masa muscular, además de buscar el cuidado del sistema inmunológico, todos estos factores acentuados por la edad del alpinista.

Entre los consejos nutricionales específicos que Carlos lleva bien aprendidos y se de buena mano que está controlando durante su estancia en el Himalaya podemos destacar: el aumento de los hidratos de carbono a través de alimentos y bebidas fáciles de preparar (vigilando los alimentos de los que podía disponer en alta montaña y que realmente le pudieran apetecer), una hidratación óptima (utilizando bebidas isotónicas o agua junto a un suplemento de sales) para evitar tanto la hiponatremia, como la deshidratación y una suplementación muy controlada de proteína de suero de leche, ciertos aminoácidos y de algunas vitaminas y minerales.

Además de la planificación dietética la suplementación ha jugado un papel fundamental en la preparación de Carlos. Algunos de los suplementos nutricionales que han acompañado a Carlos durante su preparación y ahora en la expedición son: una bebida isotónica, sales en cápsulas para combinarlas con agua, proteína de suero de leche como complemento proteico de alta calidad y que minimizaría la pérdida de masa magra durante la expedición, HMB como complemento fundamental para reducir el daño muscular y la pérdida de masa magra, glutamina por su relación con la recuperación muscular y el sistema inmunológico, barritas a base de una combinación adecuada de hidratos de carbono y algunas que añaden proteína para tomar durante el trekking.

Además dentro de la pauta de suplementación de Carlos también ha sido importante la ingesta de hierro y vitamina E antes y durante la expedición y de calcio, magnesio y vitaminas del grupo B durante la expedición debido a la falta de algunos alimentos como lácteos, frutas y verduras.

Como comentaba su compañero de expedición Sito, en un texto en redes sociales (que merece la pena ser leído), Carlos está en sus mejores condiciones físicas desde hace años; el esfuerzo, la ciencia (control médico, plan de entrenamiento especifico y pautas dietéticas y de suplementación controladas), la técnica, el sacrificio y su motivación le han ayudado a conseguir su reto.

Encantada de poder haber aportado mi granito de arena en este apasionante proyecto y triste por no poder haber compartido con él las tres semanas de aclimatación y la ascensión al Island Peak , debido a mi “mala pata” y el accidente que sufría en la montaña tres días antes de iniciar el viaje, sólo me queda seguir mandándole muuucha energía, fuerza y desearle lo mejor para su tan deseado y luchado 2×8000!!!

Belén Rodríguez