Blog

Fecha: 21-24 de agosto

Este año las vacaciones han sido muy cortas pero muy intensas; 7 días: 1 día de preparativos + 2 días de coche + 4 de travesía… ¡que se convierten en una vida!

Un viaje de momentos imperecederos por el azul de las cimas persiguiendo una de las más bellas ascensiones al Mont Blanc.

La Travesía Miage-Bionnassay al Mont Blanc es una de las vías más exigentes y bellas para regalarse la ascensión al Mont Blanc; dura, bonita, de las de no bajar la guardia ni un segundo con una escalada elegante hacia la Aiguille de Bionnasay a 4040m con su arista de vértigo que, pasando por el Pitón de los Italianos a 4002m, nos llevaría a la cima del Mont Blanc a 4809m

Un viaje de compañerismo, trabajo en equipo y amistad. Y es que, sin “mi equipo” nada hubiera sido posible. Una llamada de Super George a mitad de agosto sobró para decir “sí” a ciegas a la aventura; Si mi amigo, pupilo “nutricional” y maestro de escalada Jorge Martínez confiaba en mí para la hazaña, no había lugar a la duda, no conocía al tercer miembro del equipo pero la apuesta de Jorge no podía fallar… Revisamos guías, croquis, crónicas, observamos fotos de la “mágica” arista de Bionnassay (que ya de lejos daba mareos) y empezamos a soñar fuerte con ello.

La travesía comenzaba el domingo, desde el pueblo de Les Contamines (aparcamiento Cugnon a 1175m) hacia el Refugio les Conscrits (2602m), trekking en el que salvaríamos unos 1500m de desnivel positivo (sin contar los 300m+ que nos regalamos … siguiendo el lema del  “tooooo tieso y pa arriba”).

El lunes y desde el Refugio Les Conscrits iniciábamos la travesía de madrugada hacia el Refugio Durier (3369m), atravesando el Glaciar Tre-la-Téte para ascender al Collado de las Domes (3564), desde el cual y buscando los invisibles puntos rojos atravesaríamos una arista rocosa que nos obligaba a trepar y destrepar, encordados por un terreno poco cómodo hasta encontrar el rápel que nos permitiría alcanzar el tan deseado refugio. Una cena que nos supo a gloria en buena compañía, nos ayudó a recargar pilas, concentrar tooooda la energía positiva para el día siguiente y estudiarnos el recorrido.

El martes, “el gran día”,  a las 4:30 de la mañana iniciamos la escalada hacia la Aiguille de Bionnassay ; una primera parte de roca fácil nos llevaba a una arista afilada de nieve en buenas condiciones para llegar  por fin a la tan deseada cresta rocosa de escalada, donde nuestro “maestro” Super George se convirtió en “roca” y comenzó a jugar”…. ¡qué gusto da verle escalar y por supuesto formar parte de su juego!…. algún tramo de IV que con la mochila, las botas y mis patas más bien cortas me hace apretar los dientes y el culo… pero toda la escalada muy divertida y controlada ;).

Superada la cresta solo quedaba una pronunciada pendiente de nieve para alcanzar la cima de Bionnassay, donde podemos escuchar la carcajada “con segundas” de Jorge al plantar la mano y comprobar que cima, cima… ¡¡no había!! Directamente nos encontramos con la arista!!!! nos entra la risa floja a todos ;). Nos reunimos, respiramos, comentamos la jugada y nos lanzamos a por los primero pasos…. Una arista larga, muy expuesta y afilada de las que no te permiten parpadear, sorteando alguna cornisa y tramos de nieve “regulera” hasta llegar al Piton de los Italianos, lugar donde podemos asegurarnos, ¡por fin! y respirar, y el último tramo más técnico antes de enlazar con la ruta normal de ascensión al Mont Blanc desde el Cul du Gouter. MOMENTAZO este que merece una líneas: a ritmo de Doctor Deseo y su tema “la cara norte del Eigger” nuestro super  George nos dedica una animada coreografía en un momento de subidón…. que nos contagia a mover las caderas y desmelenarnos un poco” (jajajajaja)

Ya eran las 17h aprox (llevábamos 13h de actividad en el cuerpo) y tan solo nos quedaban 800m para llegar a la tan esperada cima; el cansancio va dejando huella pero las ganas de poder contemplar el atardecer desde el Mont Blanc nos recarga de energía y seguimos ilusionados hacia la cima. Una grieta inesperada al pasar el refugio Vallot nos hace dedicar algo más d tiempo para superarla apurando la última hora de sol.

20H y poco de la tarde llegamos a la cima!

EL MONT BLANC NOS REGALA LA MEJOR DE LAS ASCENSIONES, NO HAY PALABRAS QUE PUEDAN DESCRIBIR EL ¨NUDO” DE EMOCIONES QUE PROVCA EL MOMENTO DE LLEGAR A LA CIMA SOLOS, SIN AGLOMERACIONES Y PODER CONTEMPLAR CÓMO LOS ÚLTIMOS RAYOS DE SOL SE DESPIDEN DE NOSOTROS MIENTRAS LA ARISTA DE BIONNASSAY NO DEJA DE VIGILARNOS.

Fotos, risas, abrazos, lágrimas y para abajo; todavía queda superar el destrepe de la grieta y pasar una noche en altura si no queremos comprometer la bajada.

Decidimos, debido a las horas, descansar en el Refugio Vallot (sin ser conscientes de las condiciones del lugar; un nido de mierda” -así lo definiría yo- en el que no pasamos una de nuestras mejores noches, pero que nos sirvió para refugiarnos del frío de la noche y descansar un poco para descender con los primeros rayos de sol hacia Nid d’Aigle por el Refugio Gouter y la bolera.

La vuelta se hizo larga y pesada por el cansancio acumulado, la falta de agua y comida y el calor…

Sin quitarnos el ojo de encima la arista de Bionnassay nos acompañó hasta el final de la travesía empujando al “VALIENTE” de Raúl, agradeciendo al “MAESTRO” Jorge los cuidados que brindó al equipo y poniendo patas arriba mi “YO”

Ahora sí, el abrazo verdadero de la cima… ¡¡hemos cumplido nuestro sueño y podemos compartirlo!!!

PARA MI, la travesía, hacia una nueva etapa

Jorge!!! Te QUIERO “amigo” ! (con permiso de María 😉 )